
Es el cuarto país, después de la Unión Soviética, EE.UU. y China, en lograr colocar con éxito un dispositivo en la superficie lunar. La región del polo sur es considerada un área de interés científico y estratégico, puesto que los científicos creen que alberga depósitos de hielo que puede ser utilizado como combustible, fuente de oxígeno y agua para futuras misiones lunares, que ayudarán al establecimiento de bases humanas permanentes.